La ciudad de Loja recibió durante el fin de semana a miles de peregrinos que acompañaron a la imagen de la Virgen de El Cisne, hasta su última parada. Los feligreses recorrieron 37 kilómetros junto a ‘La Churona’, que partió a las 06:00, desde el vecino valle de Catamayo. Alegrías, cánticos y más de un devoto narró los milagros que aseguran haber obtenido de la Madre de Dios, a quien le prometieron acompañarla en su romería.

Algunos venían desde El Cisne, otros desde Catamayo, El peaje y desde la ‘Y’. El clima también los acompañó. El cielo estuvo cubierto y brisas frescas hacían más llevadero el sacrificio. En el trayecto Catamayo-Villonaco, los pies empezaban a fallar. Lorinda Auquilla, cuencana de 80 años, caminaba acompañada de sus dos hijos y a pesar de cansancio nunca se detuvo en su andar.

A pesar de que la Secretaría Nacional del Agua (Senagua entregó 3.800 botellas, la falta del líquido vital hacía que los peregrinos consuman de las vertientes que se encuentran a lo largo de la vía. Mientras la caminata continuaba, en la urna del Villonaco las autoridades eclesiásticas, junto a algunos feligreses, arreglaban el altar.

A lo largo de las gradas se extendió una alfombra roja. Una cuencana regó pétalos de rosas rojas sobre el graderío como símbolo de fe y de bienvenida a la imagen. Después de haber caminado cuatro horas con 20 minutos, la imagen llegó hasta la urna del Villonaco custodiada de 120 policías. Con cantos, aplausos y cohetes se recibió a la reina coronada.

Via | La Hora
Foto | El Comercio