El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha denunciado hoy un intento de golpe de Estado en su país, tras la protesta desatada por miles de miembros de la Policía Nacional que se han amotinado por la aprobación de una ley que, aseguran, les quita beneficios.
Algunos soldados se han sumado a la protesta y han tomado la pista del aeropuerto de Quito, sede también de la base aérea militar más importante del país. «Es un intento del golpe de Estado de la oposición», ha asegurado Correa. «Me siento traicionado, no por todos, pero habrá que depurar».
«Hago un llamado a la ciudadanía a la calma… superemos rápidamente esto y sancionemos a los responsables», ha dicho Correa en declaraciones a un canal de televisión ecuatoriano horas después de haberse enfrentado a los policías en la sede del Regimiento 1 de Quito.
El mandatario ha denunciado que, a esta hora, se encuentra rodeado por policías amotinados en el hospital militar donde recibe tratamiento tras hacerse daño en una pierna recién operada, y por aspirar gases lacrimógenos. Ha agregado que los manifestantes le impiden salir.
«Es la primera vez en sus años de gobierno que la población se le levanta a un presidente que tiene una gran popularidad», agrega Buitrón, quien ve que la salida al conflicto es que la Asamblea se reúna y derogue la ley, aunque, a su juicio, no cree que Correa vaya a dar marcha atrás en su decisión.